Son pequeñas, típicamente midiendo entre 4 y 6 mm de longitud; suelen ser de color negro o marrón oscuro, con cuerpos lisos y brillantes que carecen de los pelos característicos de otras abejas polinizadoras; tienen mandíbulas robustas adaptadas para saquear y defenderse.
Lestrimelitta son cleptobióticas, lo que significa que invaden y roban los recursos de otras colmenas de abejas sin aguijón; forman colonias con una reina, obreras y machos. Sus colonias pueden ser menos numerosas comparadas con las de otras abejas sin aguijón; sus nidos son usualmente construidos en cavidades naturales y, a menudo, están bien defendidos contra invasiones. Prefieren hábitats con abundante vegetación y otras colonias de abejas sin aguijón que pueden saquear; construyen sus nidos en troncos de árboles huecos, grietas en rocas y otras cavidades naturales. Están ampliamente distribuidas en América Latina, incluyendo Colombia; la diversidad de flora y la presencia de otras especies de abejas sin aguijón; en Chaguaní podrían proporcionar un hábitat adecuado para Lestrimelitta.
Lestrimelitta, con su comportamiento cleptobiótico, es una abeja única que podría habitar en Chaguaní. Aunque su método de obtener recursos puede ser perjudicial para otras especies de abejas sin aguijón, estas abejas desempeñan un papel en la compleja red ecológica. La conservación de sus hábitats y la educación sobre su comportamiento son esenciales para mantener la biodiversidad y la salud de los ecosistemas locales. Asegurar un manejo equilibrado de los recursos naturales puede ayudar a mitigar los impactos negativos y fomentar una coexistencia armoniosa entre las diferentes especies de abejas en Chaguaní. Aunque estas especies pueden perjudicar la producción en los meliponarios, son excelentes indicadores de la salud del ecosistema y tienen un importante rol ecológico, por esto recomendamos su protección y evitar dañar los nidos en caso de ser encontrados.
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